El respeto es una de las bases de la moral y la ética, consiste en valorar a los demás, considerar y reconocer la dignidad de cada persona como tal, es el reconocimiento de los derechos que son innatos a toda la humanidad.
Es por lo tanto, la esencia de las relaciones humanas y de la vida en comunidad.
El respeto es, por lo tanto, un derecho y también una obligación. Es un derecho en tanto en cuanto todos podemos y debemos exigir un trato de los demás acorde con nuestra dignidad como personas. Y también es una obligación, ya que nosotros también debemos actuar de la misma manera con los demás.
Hay algunas actitudes, en ocasiones muy enraizadas en el ser humano que hacen que éste no trate con el debido respeto a sus semejantes.
Podemos destacar algunas de las más importantes como son:
- El egocentrismo y la soberbia: Cuando alguien considera que todo ha de girar en torno a sí mismo es inevitable que tienda a despreciar a los demás y por lo tanto, que no los trate con el respeto que merecen.
- La intolerancia: Nadie puede esperar que todo el mundo piense y actúe como uno mismo. Muchas personas no aceptan al que es diferente por el simple hecho de serlo y en ocasiones, lo tratan de una manera despectiva.
- La ausencia de valores: La falta de valores hace que las personas basen todas sus actuaciones en conseguir unos objetivos materiales y en satisfacer sus propios deseos o caprichos sin respetar a los demás.
- La mala educación: Que hace que muchas personas no sepan guardar unas normas básicas de convivencia.
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